Antes de opinar recuerda que tú has venido hasta aqui y que yo no te he invitado.

jueves, 23 de enero de 2014

.Rota.

Un día te levantas, todavía a oscuras. Con el sol cansado y quejoso de tener que aparecer, iluminar, cuando en realidad lo que él quiere es encontrar a la luna y ver la noche al fin. Te levantas y arrastrando los pies, provocas el único sonido que se escucha en la casa. Arrastre de arrastrada. Otro ruido rompe con el silencio, y es el correr de la cortina de la ducha. El agua recorre tu cuerpo, gota a gota, cascadas como lengüetazos. Sobre tu piel. 
 Sales de la ducha y te miras al espejo. Pelo mojado y algo más. Pelo llorando sobre tus hombros. Miras y no te reconoces. Las gotas recorren mechones hasta llegar a las puntas. Cesan, como si no quisiesen caer, como si suplicasen que las agarres. Pero caen. Vértigo. Y tu sientes que no, no eres tú. Tu corazón se arruga como para escurrirse. Se encoge. Se encoge mucho. Y no es tuyo. 


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