Antes de opinar recuerda que tú has venido hasta aqui y que yo no te he invitado.

domingo, 26 de septiembre de 2021

lo k pasa

Para superar(me) he tenido que aislarme.

Y así me va.

¿Volveré a hablar en plural algún día?

domingo, 9 de mayo de 2021

A la deriva

Estoy viendo zarpar un crucero que bien puede albergar dos mil personas. Tiene luces de neón en toda su fachada que van cambiando de color. Cada vez va ganando más fuerza, más velocidad. En línea recta está Fuerteventura. Y más allá, África. Tal vez, en este mismo momento, otro bote parte de África. Más pequeño y más lleno. Y desde luego sin luces de neón.


Los de ahí arriba, los que hoy dormirán mecidos por la marea y entre sábanas, los que cruzan el Atlántico sin que para ellos trascienda mucho más que un viaje por carretera ¿se pararán a pensar, entre martini y martini, que navegan sobre una fosa común?




lunes, 3 de mayo de 2021

La muerte y otras sorpresas.

Un golpe seco en la caja torácica basta para cortar la respiración. Ahora que una puede acercarse más, se ve que, efectivamente, sangra. Es lo que pasa cuando arrancas de cuajo algo a lo que tu corazón se había agarrado fuertemente. Yo lo ví. Alargó los vasos sanguíneos como si de tentáculos se tratasen y abrazó fuerte, muy fuertemente, su otro corazón. Para poder funcionar. Y así, uno regaba al otro a un ritmo acompasado y continuo.

Quiero decir, que aprendí a quererme, que aprendí aceptarme, que aprendí a mimarme. Que lo hice todo bien. Pero algo falló en mis cálculos y metí en la ecuación su pequeño cuerpecito. Porque yo era ella y al verla me veía a mi misma. En sus ojos. Realmente, tiene toda la lógica, ¿no?

Y claro, aprendes a seguir adelante, a mirar pa' a Lante, junto a ella.

Aprendes a librar tus batallas en silencio, junto a ella.

Aprendes a no pedir ayuda, porque ella ya estaba preparando una cuerda y un arnés para sacarte de ahí.

Que lo aprendes todo, de maravilla, para poder vivir. Pero siempre junto a ella.

Siempre.

¿Y ahora qué?

No entiendo. No veo. No escucho o escucho mucho ruido. Lejano, eso sí. Porque siento que algo me está envolviendo y alejando de todo lo que hay a mi alrededor. Me atrapa, y ya no se cómo combatirlo. Lo aprendí todo junto a ella.

domingo, 4 de abril de 2021

La primera danza

A mi hermana.


Hay un lugar en La Tierra donde parece 

que las leyes de la física no pueden demostrarse. 

No puede situarse en la línea del Tiempo, 

no es presente, ni pasado ni futuro. 

No hay un arriba ni un abajo, 

y mucho menos hay fuerza de gravedad.


Pero algo está ocurriendo,

se siente, luego existe.


Despliega sus vigorosas alas

bañadas en plumas,

de diferentes colores y tamaños,

un nuevo ave fénix.


Imponente, se eleva y alza el rostro,

produciendo tal efecto en las personas 

que se ven obligadas a cerrar los ojos,

embriagadas por tanta belleza.


Un cálido amanecer recorre sus diferentes cuerpos,

desde las puntas de los pies hasta el cabello, 

arrasando por todos los recovecos de su ser,

otorgándoles un brillo que exhala con fuerza al exterior.


Sus aplomos se convierten en raíces

y la tierra las acoge como a hijas.

Sus venas se llenan de salvia que su corazón 

bombea hacia sus arterias.


El ave fénix se mueve, y con él el resto de personas.

Sus brazos se transforman en olas de un nuevo océano,

componiendo mareas que susurra la luna desde lo alto.

Esta, no se pierde el espectáculo.


La energía emana de la tierra y fluye

por cada célula, cada músculo y articulación.

Sus pieles acarician el aire con cada movimiento sin causar fricción, 

acoplándose a la perfección,

y a cambio este llena sus pulmones.


Todas estas personas, rebosantes de luz, sudando salvia salada,

salpicando e impregnando el ambiente de un olor floral,

bailan al unísono.


Sin respetar las leyes de la física.


Bailan, se abrazan, comprenden, 

lloran, ríen, se apoyan,

se quieren, se sienten y se miman.


Estallan en mil pedazos para bañar 

este rincón de La Tierra de nueva vida, porque 

el baile las ha atrapado, y en ellas algo

ha renacido.


El ave fénix emprende su vuelo,

no sin antes echar un último vistazo a la danza

que emerge bajo sus pies, mientras

surca el cielo envuelto en llamas.

domingo, 21 de marzo de 2021

ESCRIBIRME VII

No se atreve a rememorar pesadillas.


La mitad del desayuno se enfrió.


Tanto dentro y tantos barrotes...


La mayor de sus cicatrices, intangible.


La historia de un naufragio reiterado.


Seis palabras para tan poco argumento.

jueves, 18 de marzo de 2021

ESCRIBIRME V ?

Bajo el plateado manto de la luna vienen a visitarme dos grandes ojos negros. Fijan la vista en mi, que me hayo sin forma física, y por alguna razón que no llego a comprender, se que ya no puedo escapar de ellos.

Me miran y les recibo con un beso en el centro de sus pupilas, me rindo a la fuerza que me atrae e invita, como un imán, a sumergirme en su esencia de azabache.

Surco la corriente que me lleva a lo más profundo de su mirada, y comprendo que no hay otro lugar más que ese en el que debería estar. Me dejó arropar como una niña pequeña en su manto cálido y protector.

Sonrío.

Y de mis ojos brotan lágrimas.

Me despierto, y tengo que mirar el lado derecho de la cama para asegurarme que está vacío. Porque juraría que he sentido que estabas ahí.

Está vacío.

Y no me atrevo a extender el brazo para notar que esa parte de la cama está fría.

ESCRIBIRME V

Ojos grandes, negros como el azabache, surcan y acechan mis sueños. A pesar de ser negros, guardan una luz infinita en su mirada. Actúan como imanes porque si te miran, no puedes escapar de ellos. 

Aún si se cierran, su presencia sigue notándose en el ambiente como un manto denso de protección.

No se qué pasa después, solo sé que me levanto sobresaltada, de repente, y que el lado derecho de la cama está vacío. Aparentemente.

domingo, 14 de marzo de 2021

Akelarre

Por todo lo que nos une. Raíces, tierra, viento y mareas.

Fuego. 

La luna nos envuelve en un manto suave, terso e infrangible. Nos acuna con el ritmo de ballenas y nosotras danzamos con ella. 

Aullamos.

Porque vemos a través de toda una red de ojos. Los nuestros. Vemos lo que ocurre fuera y lo que nos mueve dentro. Miro con tus ojos, y con los míos buceo en la corriente que se origina en tus pupilas y me lleva a lo más hondo de tu ser. Para besarte.

Porque me quiero y porque te quiero. Y si tú sangras, yo sangro. Si tú ries yo río y si tú lloras, yo lo hago a tu lado.

Por todo lo que nos une en medio de esta tempestad, juntas navegamos a la deriva y parece que estemos en el ojo de un huracán. 

Ruge, que yo rujo.

Aulla, que yo aullo.

Baila, y te sigo.