Y es que si escuchas rap es por ponerte el móvil en la oreja y sólo centrarte en él, en la letra, en desmontar y descubrir lo que esconden cada una. En tapar (no olvidar) todo lo que te rodea en ese momento, porque todo lo que importa y todo lo que sientes está ahí, en tu oreja.
Y yo, señores, no puedo conseguirlo. El día que consiga poner los pelos de punta cada vez que lean algo mío, lo mismo, una y otra vez, entonces sí. Porque sí se parecería a lo que intento explicar. El rap es un refugio. Eso es. Rap con r de refugio.
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