Antes de opinar recuerda que tú has venido hasta aqui y que yo no te he invitado.

domingo, 23 de noviembre de 2014

Angustia.

 Hace un par de noches soñé que mi casa se incendiaba, de forma curiosa, ya que no vi ni una llama, sólo ceniza incandescente. Lo realmente preocupante de aquel sueño es mi pasotismo por el inmueble y la vida ajena (no se me ocurrió pensar en rescatar a nadie). Sin embargo, corrí sin pensarlo, y a sabiendas del riesgo que suponía, a socorrer el papel en el que escribo. Sólo pensaba, y me angustiaba saber que fuese a morir como una preescritora más, como otra más que escribía en papel arrugado sus agrietados y difusos sentimientos. Una mente más, perdida en el barullo de esta vía que nadie podrá saborear. Sólo esa chispeante ceniza apreciaría la frágil mente desviada.
 Nadie más. Nunca más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario