¿Sera todo esto un sueño? ¿Seremos víctimas de un sueño interminable, que no se acaba? Todo lo que tengo a mi alrededor, ¿será fruto de una imaginación brillante? ¿Brillante? ¿no será esto una pesadilla y en lugar de ser una imaginación brillante es una imaginación sucia y estropeada? No lo sé. Pero si es cierto, me alegro; esta alegría es un trocito de mi sentimiento egoísta, porque no me alegro por la asombrosa mente que lleva tanto tiempo sin despertar, no, me alegro por mí. Me alegro por que esto significaría que no soy víctima de un engaño por parte de políticos y banquieros. Yo creo que es eso es un juego de la mente dormilona, de nuestro creador. En los juegos de muñecos, como nuestro mundo, siempre hay malos y buenos. Creo que se quién es quién. Creo que yo sería de los buenos y los malos no serían los niños que siempre nos quitaban nuestro almuerzo, serían todos los chorizos que hay en este indudable sueño, serias las personas que se creen que nos engañan, haciéndonos pasar hambre, haciendo que paguen su crisis los buenos, pues ellos son los culpables.
Y digo yo, ¿en los
juegos no acaban ganando los buenos? Entonces… ¿yo no soy la única que me he
dado cuenta de este caos creado por una mente muy, muy retorcida? Creo que no.
Creo que los personajes buenos de este sueño cada vez se
están dando más cuenta de lo que ocurre, de lo engañados que estábamos, de que
hay que actuar pronto, antes de que nuestro creador se despierte, antes de que abra
los ojos y vuelva a su feliz vida, y ganar a los malos. Porque Garfio no se
queda con el tesoro, es Peter Pan, que se dio cuenta ya hace mucho, que el
tesoro no es para los malos, es para los buenos.
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